Qué puedo decir de esta boda… cuando me pongo a valorar que fué lo que más destacado, siempre me vienen a la mente las caras de la gente disfrutando, saltando, riendo… Cada vez tengo más claro que lo que hace relamente especial a una boda, es la gente que forma parte de ella. María y Rubén tienen la suerte de tener a su lado a un motón de personas únicas, que supieron hacer se su día algo inolvidable.
«Una vez has hecho una boda has hecho todas», «después de todas las bodas que has hecho será fácil…» nada más lejos de la realizad. Cada vez que realizo un reportaje de boda me enfrento a unos novios diferentes, con una familia y unos invitados diferentes que actuan ante situaciones similares de manera muy diferente. Y doy gracias de que eso sea así, porque estoy casi seguro de que si fuera de otra manera hoy no estaría escribiendo estas líneas.
Por lo general en Cantabria (como en casi todos los lugares), las bodas empiezan de menos a más… siempre me gusta preguntar a los novios a cerca de sus invitados y preveer el día de la boda por donde van a ir los tiros. Y no se equivocaron, despúes de los preparativos nos dirigimos puntuales a Tanos donde disfrutamos de una emotiva cermonia. Pasados ya los nervios del «sí quiero», los formalismos y el protocolo, fue cuando de verdad disfrutamos de la «fiesta» y es que desde que llegamos al Palacio de Guevara (Treceño) fue un no parar.
Os dejo para que podáis disfrutar, una selección de momentos de su fantástica boda…