Si algo no faltó en la boda de Nuria y Aitor fueron emociones… y agua, porque cayó todo lo que puedo caer y más. Pero como dicen, «al mal tiempo…». Fue una boda de tarde de las que no se olvidan, tanto Aitor como Nuria se vistieron en sus respectivas casas junto a su familia. Siempre nos encanta compartir estos momentos rodeados de familiares y amigos. Con todos los preparativos en nuestras cámaras nos dirigimos hacia La Casona de las Fraguas, un lugar único en Cantabria que nuestra pareja eligió para darse el «sí quiero». Y lo demás no se puede contar con palabras, no faltó de nada sorpresas, lágrimas, emociones, música.
Os dejo un aperitivo de todos los momentos, que bajo mi criterio, recogen todas las emociones y sentimientos vividos el día de su boda. Gracias Nuria y Aitor por la confianza que depositais en mí.
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